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Mostrando entradas de noviembre, 2011

Sueño a dos

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En esta vida ha habido sólo dos mujeres. Dos chicas que no han sabido marcharse porque de vez en cuando se aparecen en mis sueños. La primera me duró lo que un mes y medio muy intenso. La ruptura no me sorprendió: ya me sabía yo que tenía un novio de años y que se alejaría, tan repentinamente y sin explicar nada, como llegó (tan tonto yo, que empezaba a hacerme algunas ilusiones). De esta, por supuesto que me molesta despertar y saber que no tendría porqué soñarla, porque cuando la he vuelto a topar, bastante seguido, apenas y me saluda. Qué injusto es esto de los sueños. A la otra sólo Dios sabe cuánto la quise. Últimamente me visita en sueños porque a más de dos años sin vernos está previsto en justo un mes estaremos de viaje juntos, en el Caribe mexicano. No puedo permitirme verla con expectativas (aunque testarudo yo, ahí están), porque aquello durará sólo una semana y después será lo de siempre: el trabajo, el hastío, la soledad. Algo ocurrirá con el reencuentro, sin duda, pero

Lo de antes, lo de ahora.

No hay nada que me recuerde más cómo era antes, hace algunos años, que leer algunos escritos de Cortázar. Será quizás por su estilo desenfadado, por ese continuo conminar al lector a dejarse de convencionalismos, a ver la realidad como algo más que lo impuesto. Me da por recordarme a los 18, a los 22, a los 25 -incluso- y noto con tristesa cómo he pasado de vivir para la experiencia, a vivir para la materia. Quizás sea que lo precario de la vida estudiantil me permitía disfrutar de pequeñeses que ahora pasan inadvertidas, o que vivo para las horas de trabajo, la quincena y lo que con ello puedo comprar (que de un tiempo a la fecha tiene que ser lo mejor), olvidándome de aquello otro que muchas alegrías me proporcionaba. Será también que uno empieza a temerle a aquello que llaman "pérdida de tiempo". ¿Cómo podría yo ahora, a esta edad, con el trecho recorrido en lo laboral, permitirme dejarlo todo, echarle la mochila al hombro e ir en busca de experiencias nuevas? Hace 9 a

semana en el Distrito

El examen: antes de los exámenes me pesqué una gripilla que después descubrí que era nerviosa, porque en cuanto salí del primero, extrañamente eufórico, se me quitó. Estuve contento al final de cada examen, supongo que porque creo que me fue bien. Que crea que me haya ido bien e, incluso, el hecho de que verdaderamente me haya ido bien, no quiere decir nada, por que la competencia es mucha. Los concursantes: Escogí presentar los exámenes en DF porque tenía ganas de ver el borlote, la muchedumbre de aspirantes, ver un enorme salón (una bodega) llena de gente trajeada y bien perfumada, con las mismas aspiraciones que yo. Me lo dijo Oscar, que es impresionante aquello y, sobre todo, lo de las conversaciones que uno entabla o escuchar cosas como: "dejé encargado a un amigo en mi puesto en la ONU"; "el concepto de soberanía nacional no ha sido bien interpretado recientemente, considero que.."; "llevó cuatro años trabajando en la cancillería..", etcétera. De