Sueño a dos

En esta vida ha habido sólo dos mujeres. Dos chicas que no han sabido marcharse porque de vez en cuando se aparecen en mis sueños. La primera me duró lo que un mes y medio muy intenso. La ruptura no me sorprendió: ya me sabía yo que tenía un novio de años y que se alejaría, tan repentinamente y sin explicar nada, como llegó (tan tonto yo, que empezaba a hacerme algunas ilusiones). De esta, por supuesto que me molesta despertar y saber que no tendría porqué soñarla, porque cuando la he vuelto a topar, bastante seguido, apenas y me saluda. Qué injusto es esto de los sueños.

A la otra sólo Dios sabe cuánto la quise. Últimamente me visita en sueños porque a más de dos años sin vernos está previsto en justo un mes estaremos de viaje juntos, en el Caribe mexicano. No puedo permitirme verla con expectativas (aunque testarudo yo, ahí están), porque aquello durará sólo una semana y después será lo de siempre: el trabajo, el hastío, la soledad. Algo ocurrirá con el reencuentro, sin duda, pero me temo que si de aquí a entonces algún noviete se le atraviesa, tal vez todo se complique. Por eso, últimamente, cuando la sueño, es siempre un tercero quien se interpone entre los dos. Muy curioso no, cómo de pronto los sueños me revelan mi mayor temor. En fin, que al tiempo veremos qué es lo que ocurre. Mientras tanto, a ver si les da a estas dos por seguir concurriendo a mis sueños o si optan darme alguna tregua.

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