Beijing.


Fue en junio de 2009 la última vez que estuve en Beijing. Han pasado tres años y medio y por la velocidad con la que China se transforma hubiera imaginado que Beijing sería una ciudad distinta. Sé bien que si se tratara de una ciudad como la mía o como el DF, donde los cambios, al ser pocos, se notan, la impresión que me hubiera dado Beijing sería diferente. Sin embargo, de entonces a la fecha, Beijing sigue siendo la misma por que no ha dejado de cambiar, porque mantiene la misma dinámica de continuo movimiento, porque aunque las grúas dominan ya nuevos escampados, siguen ahí con su labor hormiga.

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