Corea, la vida en el campo.


 A Corea la voy a recordar siempre con cariño. Vivir ahí fue verdaderamente una experiencia de vida. Hacer nuevos amigos siempre es algo muy valioso pero, en términos de experiencia personal, quizás lo que fue en verdad novedoso fue la vida de campo. Me temía que ahí, en el campo, tendría que aprender a vivir sin las facilidades a las que la vida en la ciudad me han acostumbrado. Sin embargo, una vez ahí, descubrí que no había nada que aprender porque como seres humanos nacimos para la vida simple. Incluso, me atrevo a decir que la vida en el campo me sentó tan bien que seguramente a Corea le voy a deber que de aquí a unos años me plantee al campo como una posibilidad para el retiro y que, entretanto, viviré en la añoranza de la tranquilidad de vivir en la montaña.

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