Catiras


El tema de las rubias se circunscribe a la costumbre. En Morelia no hay muchas y las que hay, conque cubran algunos estándares físicos indispensables, saben que pueden cotizarse (hueva). La primera noche en Playa del Carmen las rubias lo fueron todo, porque eran las más ahí y son las menos en mi día a día. Me olvidé quizás de aquellas noches de perdición en el so-called Reino del Centro o de aquella lejana mañana de Zurich...

Tras algunos días por aquí noto que es más cuestión de la silueta y de algunos gustos particulares, como los pueden ser la forma de las piernas, la firmeza y el grandor de las tetas, la innata coquetería de alguna o alguna extraña forma de fruncir los labios, que lo que por sí mismos pueden atraer el color del cabello y de los ojos.



En la foto un par de danish girls que me bajé de internet... pasa que el último día en Playa llegó al hostal un populoso grupo de chicas danesas -y alguno que otro tornillo-, pero el tema de buscarles el rostro a chicas de cabello rubio ya estaba pasado de moda.

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